Con este signo vencerás, se trata de una frase que ha pasado a la historia y que se encuentra fuertemente relacionada con un símbolo cristiano, representado en multitud de catedrales, iglesias, ermitas y monasterios. El símbolo al que nos referimos es el crismón.

El Crismón está formado por la transposición de las letras que forman el nombre de Jesucristo en griego. por tanto, podemos decir que se trata de un anagrama formado por las letras griegas X (ji) y P (rho), que son las dos primeras letras que forman el nombre de Cristo en griego (XPISTOS).

Durante el S.IV, el Imperio Romano se encontraba en Guerra Civil. Por un lado se encontraba Majencio y por otro Constantino. Seguramente, Constantino sea más conocido por ser el primer emperador romano que autorizó el culto cristiano. Los historiadores cristianos desde Lactancio se decantan por un Constantino que adopta el cristianismo como sustituto del paganismo oficial romano. Su reinado llegó a ser un momento crucial en la historia de la Iglesia, llegándosele a llamar, por su importancia el "decimotercer apóstol". A pesar de ello, Constantino no fue bautizado hasta hallarse en su lecho de muerte. Se iba a disputar una batalla entre los dos bandos y el ganador se apoderaría del control de Roma. La noche antes de la batalla, Constantino recibió una señal o mensaje de los cielos. Un símbolo le llegó  juntamente con una voz que el relacionó con la del Dios de los cristianos. la voz le dijo "In hoc signo vinces" (Con este signo vencerás). Constantino reconoció el símbolo, ya que aunque  era pagano, su madre, Santa Mónica, era cristiana, y reconocia la simbología de esta religión. Después de esta revelación, Constantino mandó pintar en los escudos de sus legionarios el símbolo cristiano. Éste salió victorioso de la batalla, y una vez que obtuvo el poder sobre Roma, proclamó el cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano. 

A partir de este hecho, la religión cristiana empezó a adquirir importancia.

Aparición del crismón a Constantino
Aparición del crismón a Constantino